lunes, 4 de enero de 2010

DE LA METÁFORA COMPUTACIONAL COMO REPRESENTACIÓN MENTAL

Desde siglos atrás, el hombre ha estado inquieto por todo lo que gira a su alrededor, naturaleza, pares, movimiento, sistema solar e incluso por él mismo; no sin antes darse cuenta de que las cuestiones que le surgían tenían todo un proceso y hasta porque no, una finalidad. Es desde entonces, cuando aparte de todo lo que pretende indagar acerca del mundo externo, se preocupa precisamente, por eso que lo lleva a preguntarse, a investigar, a conocer….Entonces, piensa y se mueve en torno a ¿Cómo puedo preguntarme acerca de algo?, ¿Cómo es posible conocer?

Eh ahí, el dilema que la mente humana trata de resolver sobre ella misma, nada más y nada menos que ¿Cómo conocemos? Es cuando la mente se esfuerza por demostrar una de sus características más complejas y persistentes…”comprenderse la propia mente”…vaya asunto.

Sería redundar hacer un recuento, de cómo nuestros antepasados, incluyendo a Platón, Aristóteles y quizás muchos otros primeros que éstos, trataron de resolver dicha inquietud desde sus propias experiencias y vivencias cotidianas, enseñando a otros sobre eso que llamamos “conocimiento”.
Más adelante, investigadores, filósofos, psicólogos, etc, también han agotado un cúmulo de opciones para tratar de demostrarnos como es que se produce tan complejo proceso; ya vemos como ejemplos de esto a los conductistas: Watson, Skinner; y como ellos a tantos otros que nos han hecho confiar por lo menos en ciertos tiempos en sus propuestas. Pero como es de la naturaleza humana, el estar en movimiento, cuestionándose, nunca ha sido suficiente respuesta alguna, o si me puedo atrever a decirlo, no ha habido respuesta, ¿qué podría esperarse?, también hago parte de esa extraña raza de los humanos.

Luego de dar vueltas y recorrer el mundo, experimentar y comparar, a un grupo de tantos hombres se le ocurrió otra de tantas cosas: al ver que aun no halla solución a la pregunta sobre el proceso humano de la información y del conocimiento, decidió apoyarse en “La metáfora computacional”, y como somos seres pensantes, racionales, que nos representamos cualquier cosa por más inimaginable que sea, optamos por considerarlo como una posible respuesta así sea de manera análoga y con todo lo que esto implique.

Puedo continuar entonces, reafirmando que tal Proceso Humano de la Información, difiere del conocimiento, en la medida en que la información designa aquellos datos que se hace necesario significar para darles una trascendencia; mientras que el conocimiento, es la aprehensión de la realidad de la cual percibimos datos que la componen, mas no la forman en su totalidad. A pesar de sus diferencias, no podríamos dejar de reconocer que ambas se complementan, ya que la una conduce a la otra.

En cuanto a la metáfora computacional, no queda más que recordar que es aquella similitud entre la forma como conocemos y procesamos nuestra información acerca del mundo, incluyendo aquella capacidad de adaptarnos a éste, o como suena mejor desde una perspectiva funcional: ”inteligencia”, ya que los ambientes humanos pueden diferir de innumerables maneras, lo que da como resultado diferencias de desempeño en cada uno de éstos; y la manera como la hacen los ordenadores; cosa que ha tenido como enfoque la explicación del trabajo mental y la construcción de algoritmos por medio de los cuales las computadoras podrían realizar tareas, antes reservadas a los seres humanos.

A partir de este pequeño repaso, sobreviene entonces, otra idea y es aquella de la inteligencia, ya que si se concibe como la manera que tiene el ser humano para adaptarse al contexto, que podría decirse entonces de una computadora…no sería más bien, el hombre mismo quien la siga programando para ajustarla a sus necesidades e intereses…y si la computadora realiza su proceso desde un modelo lógico-matemático, podría pensar entonces, que estamos reduciendo al hombre a pensamiento…¿Dónde quedan entonces los afectos, la capacidad de reproducción, las relaciones interpersonales? Y si al momento de tener que elegir entre varias opciones, el hombre se ve obligado a todo un ininteligible proceso, ¿Cómo sujetarlo entonces, a la actividad mental como procesamiento de información, teniendo en cuenta, que la mayoría de las veces, dicha elección subyace más que de un control, de un deseo?
Aunque no puedo negar, que la mayoría de las confusiones, se han dado por considerar que lo que se piensa desde la Inteligencia Artificial con la metáfora computacional, no es reemplazar al hombre por una máquina, sino que ésta pueda facilitarle la realización de sus tareas en diferentes aspectos. Está bien que en esta teoría se equipara la actividad mental con los procesos computacionales, pero la idea es, como mencioné al principio de este escrito, realizar una semejanza, de tal modo que el ser humano pueda tener cierta tranquilidad con respecto al querer conocerse e interpretarse, aun cuando esto le dificulte cada vez más el lograrlo. Pues mientras, se siga hablando de seres humanos, pensantes, capaces de representarse o referirse un mundo, se hablará de la posibilidad de crear, de construir y jamás será suficiente, ya que esa finalidad, a la cual también me referí, no es más que ese mismo proceso por el cual el hombre evoluciona humana, técnica y socialmente. Y más que la relación entre la manera como procesamos la información y las máquinas, está aquella que hay entre quienes se las ingenian y la utilidad de estas.

No podemos olvidar entonces, que más en nuestra profesión de psicólogos, y especialmente de investigadores, nos vemos enfrentados a conocer las limitaciones de la mente en el procesamiento de la información y básicamente, a comprender las posibilidades humanas de representación y acceso al conocimiento de la realidad. Y además, que hay quienes son tan optimistas, que consideran, a partir del paralelismo entre la metáfora computacional y la mente humana, que incluso los procesos mentales son computables y que por lo tanto, hay un camino abierto para la comprensión total del conocimiento humano, tendiendo el cuerpo a “desaparecer” y a “ser” sólo mente…

Desde lo anterior, quiero exponer mi insatisfacción por el afán del hombre de querer fragmentarse a sí mismo, por su incapacidad para verse desde una perspectiva integral, ya que si no fuera por todo lo que lo conforma: cuerpo, mente, aun el mundo exterior; ni siquiera se llamaría humano, sería más una especie de robot con características de hombre. Y también, a la par que se divide, pretende hacerlo con las diferentes teorías, disciplinas, etc; Es que acaso, ¿No sería más fácil, para todo lo que el mismo hombre pretende construir, unir fuerzas, disciplinas, conceptos, y así llegar a comprenderse un poco más a sí mismo?, o es que ¿La pretensión de comprender su mente, es tan mentirosa, que por tal motivo, prefiere ubicarse alejado de quienes puedan aportarle a sus ideas? O realmente, ¿Somos tan egoístas, que ni el conocimiento de sí mismos, lo consideramos propio de ser transmitido a otros?
O también, quizás, la finalidad de la mente humana, tampoco sea comprenderse, porque dejaría de ser mente…


BIBLIOGRAFÍA

Ø GARDNER, Howard. La nueva ciencia de la mente. Ediciones Paidós. Barcelona. 1987
Ø GARDNER, Howard. Estructuras de la mente: La teoría de las inteligencias múltiples. 1994
Ø HESSEN, J. Teoría del conocimiento. 1925
Ø Artículo de Internet: http://www.cetepo.com.ar/paginas/articulos/evolucionobjetivos.html
Ø RESTREPO, Milena. Inteligencia Artificial y Psicología. 2008

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