lunes, 4 de enero de 2010

INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y PSICOLOGÍA

A partir de este escrito, pretendo insistir en que no es necesario que los psicólogos sigamos recorriendo el mundo con el narcisismo y omnipotencia a una altura que no nos permita relacionarnos fácilmente con nuestros contemporáneos y el resto del universo, con el ojo clínico tan agudo que nos impida ver de una manera sencilla cuando así se requiera, sino más bien que nos dediquemos a entender el por qué de ciertos hechos y acontecimientos en la vida del hombre, sin cerrarnos la puerta a nuevas experiencias compartidas con personas cultas en otros saberes o conocimientos, es decir, hago un llamado a la interdisciplinariedad.
El otro conocimiento del cual me ocuparé en este ensayo, aparte de la Psicología, es la Inteligencia Artificial, y diré por qué estoy segura que no debe verse como algo alejado de nuestro mundo profesional, sino como un compañero de camino.
Para introducirme en mi demanda, definiré los conceptos de Psicología e Inteligencia Artificial:
PSICOLOGÍA: “Es la disciplina que estudia la mente y la conducta, como disciplina abarca todos los aspectos de la experiencia humana, desde las funciones del cerebro hasta el desarrollo de los niños, de cómo los seres humanos y los animales sienten, piensan y aprenden a adaptarse al medio que les rodea. La psicología moderna se ha dedicado a recoger hechos sobre la conducta y la experiencia, y a organizarlos sistemáticamente, elaborando teorías para su comprensión. Estas teorías ayudan a conocer y explicar el comportamiento de los seres humanos y en alguna ocasión incluso a predecir sus acciones futuras, pudiendo intervenir sobre ellas”[1] Podría decir entonces que es una disciplina integral.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL: “Bien podría afirmarse que la historia de la inteligencia artificial comienza en el año 450 a. de C, cuando Platón cita un diálogo en el que Sócrates le pregunta a Eutidemo: "Desearía saber cuál es la característica de la piedad que hace que una acción se pueda considerar como pía... y así la observe y me sirva de norma para juzgar tus acciones y las de otros."’[2] (Hubet Dreyfus).
“La Inteligencia Artificial comenzó como el resultado de la investigación en psicología cognitiva y lógica matemática. Se ha enfocado sobre la explicación del trabajo mental y construcción de algoritmos de solución a problemas de propósito general; ha explorado la forma en que las computadoras podrían realizar las diferentes tareas que antes estaban reservadas a los seres humanos, como resolver problemas, planear a futuro, demostrar teoremas, jugar ajedrez, conversar y entender un lenguaje, componer música, etc”[3]. Esta es una de las muchas definiciones de la Inteligencia Artificial, pero podría decirse que son programas que realizan tareas que si fueran hechas por seres humanos, se considerarían inteligentes.
A partir de estas cortas concepciones, me remito a continuar con el lazo que une a estos dos grandes tipos de saber y de conocimiento.
Como se menciona en las definiciones y luego de una grata conversación con alguien muy interesado en el tema, estas dos ramas son un complemento, ya que la Psicología y uno de sus importes como lo es la Inteligencia, han sido uno de los pilares para lo que hoy es la Inteligencia Artificial. Cabe anotar, que una de las posibles diferencias que existe entre éstas es que la Psicología pretende observar la particularidad, subjetividad e individualidad de las personas, pero en algunos casos, se le hace necesario recurrir a la estandarización y a lo que hacen las matemáticas y la lógica, que es generalizar conceptos y definiciones (o números), y cuando se les presenta algo muy particular crean teoremas o postulados, para poder abordar dichas “irregularidades”.
Antes se dice que la Psicología moderna intenta recoger experiencias y conductas, sistematizarlas y elaborar teorías para su comprensión. En la Inteligencia Artificial, se habla de los Sistemas Expertos, como aquellos que tienen información específica de un dominio concreto, pudiendo resolver problemas de relativa dificultad; pueden almacenar conocimientos para un campo determinado y solucionar un problema mediante deducción lógica de conclusiones. Los sistemas expertos “son programas tan variados como los que diagnostican infecciones en la sangre e indican un tratamiento, los que interpretan datos sismológicos en exploración geológica y los que configuran complejos equipos de alta tecnología. Tales tareas reducen costos, reducen riesgos en la manipulación humana en áreas peligrosas, mejoran el desempeño del personal inexperto, y mejoran el control de calidad sobre todo en el ámbito comercial”[4].
En Psicología, las teorías que tratan de comprender las experiencias y conductas del ser humano, pueden llegar a predecir sus acciones e intervenir sobre ellas, para que quizás en algún momento se le evite un conflicto o si se presenta, lo pueda solucionar de la mejor manera. En Inteligencia Artificial, se pretende que las computadoras realicen actividades propuestas para el ser humano, pero que si son hechas por máquinas, tal vez puedan permitirle al hombre dedicarse a muchas de las cosas que quizás ha olvidado por los afanes del mundo moderno. Ya lo decía Freud, en ‘La moral sexual “cultural” y la nerviosidad moderna’: “Los extraordinarios logros de los tiempos modernos, los descubrimientos e invenciones en todos los campos, el mantenimiento del progreso frente a la creciente competencia, sólo se han logrado mediante un gran trabajo intelectual, y sólo éste es capaz de conservarlos…todo se hace de prisa y en estado de agitación: la noche se aprovecha para viajar, el día para los negocios, aun los ‘viajes de placer’ son ocasiones de fatiga para el sistema nervioso…”[5].
Luego de esto, puedo decir entonces que si el hombre hiciese un buen uso de su intelectualidad, de sus creaciones, de sus máquinas, podría acaso, seguir cultivando su espíritu, su inteligencia, sus intereses personales, etc. Pues si el hombre posee la inteligencia para mejorarse a sí mismo y aportar su grano de arena para vivir un mundo más tranquilo, ¿Por qué no permitírsele a nuestros grandes científicos y estudiosos de todas las ramas del saber, que sigan investigando y actuando para realizar ideales en Pro del ser humano y de su ambiente?
Además, ¿Por qué hacernos daño con las cosas que el mismo hombre inventa, si tal vez aquel al que se le ocurren tan brillantes ideas, (en este caso el estudio en Psicología e Inteligencia Artificial), no pensó en ningún momento en destruir o en que sus teorías dañaran a alguien o causaran un conflicto entre los seres? Tal es el caso de Einstein y de su intención básica con la teoría de la relatividad, que fue postular que en un punto concreto no se puede distinguir experimentalmente entre un cuerpo acelerado uniformemente y un campo gravitatorio
uniforme. Teoría cual que permitió fundar también el campo de la cosmología. Pero a pesar de la buena intención y de la genialidad de Einstein, fue persuadido por los científicos nucleares de su época, para que instara al presidente de los Estados Unidos sobre la importancia del desarrollo de la bomba atómica. Es entonces un claro ejemplo del poco interés que tienen personajes ilustres de contribuir o de convertirse en peligro para la humanidad. Lo mismo puede ocurrir con la Inteligencia Artificial, que si es vista como una gran ayuda y arbitrio para nosotros los psicólogos y el resto del mundo, se puede lograr un buen uso de dicha teoría; en tanto que a los psicólogos se nos exige el producir respuestas para las preguntas sobre la ética y el espíritu, con las diferentes técnicas y máquinas; y se nos elucida la importancia de plantearnos la pregunta sobre el modo de hacer una ciencia del hombre y preservar los valores que constituyen su humanidad.
Puedo decir entonces, que aunque estoy segura de que la Inteligencia Artificial no puede imitar por completo a un ser humano, si puede ayudarle a éste como muchas otras alternativas, teorías y propuestas, a la hora de resolver muchos de sus asuntos. Considerando también que la función del psicólogo es ayudar al individuo para que tenga conciencia de sí mismo y de su entorno; a la vez que esto le facilita un equilibrio o salud mental (concepto que nos habla fundamentalmente del derecho a vivir en un equilibrio psico-emocional que, aun siendo inestable, porque vivir lo es, no acarree más sufrimiento que el esfuerzo necesario para mantener ese equilibrio o para lograr otro más adecuado a nuevas circunstancias y en relación con la sociedad en general), entonces podemos acompañar a otros seres, para que adquieran esa conciencia de sí, a la par que nosotros nos hacemos mejores personas y grandes profesionales.
Para terminar, quiero citar una frase que tiene que ver mucho con estos conocimientos:
“Puede ser que la mente humana sea demasiado compleja para ser comprendida por la misma mente humana. Pero el deseo de intentar lo imposible parece ser una de sus características más persistentes”[6]
(Sloman, 1978:20)
[1]Artículo de Internet, buscado el 13 de marzo de 2007. Disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Psicolog%C3%ADa
[2]Artículo de Internet, buscado el 20 de febrero de 2008. Disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Inteligencia_artificial
[3]Artículo de Internet, buscado el 20 de febrero de 2008. Disponible en http://www.monografías.com/trabajos16/la-inteligencia-artificial/la-inteligencia-artificial.shtml
[4]Artículo de Internet, buscado el 20 de febrero de 2008. Disponible en http://www.monografias.com/trabajos12/inteartf/inteartf2.shtml
[5]Freud, La moral sexual “cultural” y la nerviosidad moderna. 1908. Amorrortu Editores.
[6]Artículo de Internet, buscado el 20 de febrero de 2008. Disponible en http://biblioteca.itam.mx/estudios/estudio/estudio10/sec_18.html

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